Tu contribuyes al mejoramiento del mundo.

Creo fielmente que todos los seres humanos, podemos seguir evolucionando y transformando el mundo, para que éste sea
un lugar feliz, donde podamos realizar todos nuestros anhelos,
nada deseo más que vivir en ese utopico sitio.

El derecho es uno de los instrumentos que nos puede permitir alcanzar los anhelos, sólo en el descansa la convicción de perseguir a toda costa, la justicia.

Dejemos de lo lado, ese odioso estigma de los abogados, somos más últiles de lo que cualquiera puede pensar.

Valoremos a cada individuo en su quehacer cotidiano.

Derecho Siglo XXI

lunes, 28 de diciembre de 2009

Pensar como abogado

El jurista nada tiene que inventar sino simplemente tiene que ordenar sus pensamientos poniéndolos en concordancia con el texto de la Ley.

El Jurista puede cuestionar la redacción de la ley, más no su aplicación, en ese sentido, debe hacer uso de los medios legalmente autorizados y validados por el marco jurídico, en suma, ajustarse a una realidad, la ley no se destruye solo se transforma, al igual que la energía.

La trasformación de leyes, no es propia del jurista, sin embargo, puede realizar aportaciones que la mejoren, puede desde su trinchera asesorar a los legisladores para que lleven al seno de las discusiones argumentos lógicos y no políticos.

El fracaso del cumplimiento de la Ley, no esta supeditado a la eficiencia o ineficiencia de los funcionarios públicos a quienes se les encomienda su aplicación, esa es una visión simplista y exculpatoria, debemos reflexionar en el como y porque se da el proceso legislativo.

Actualmente los ciudadanos como destinatarios finales de la normas jurídicas que se aprueban en el Congreso de la Unión y en los de los Estados, somos rehenes de los intereses de los partidos políticos representados en ellos y la visión de la norma es bajo una perspectiva meramente gubernamental, es decir, ninguna consideración especial nos merecemos más que en el discurso político.

La distancia entre políticos y ciudadanos se hace mas palpable en los propios textos legales que nos imponen situaciones, actos u hechos totalmente difíciles de cumplir, es precisamente el caos, lo que beneficia a quienes han creado esas trampas, que finalmente redundan en el fomento de la dadiva y la corrupción.

En efecto, no existe orden jurídico perfecto, entendible por que en su proceso creativo ni participan ni son escuchados los que tienen las estructuras del conocimiento y pensamiento jurídico, peor aún ningún ciudadano en general es escuchado so pretexto de la represtación popular que tienen los legisladores.

Cabe la reflexión y preguntarnos hasta que punto resulta conveniente o no esa Representación Popular, si cada reforma que es aprobada esta plagada de inconsistencias y contradicciones con el propio marco jurídico.

Este planteamiento de ideas, no sugiere de modo alguno, que las normas jurídicas se aprueben o desaprueben conforme aspectos gustativos o populares entre los ciudadanos, pero si es necesario establecer un reflejo en ellas de las necesidades sociales.